Estacionó el coche a unos metros de la
dirección requerida. Bajó de su automóvil y con pasos decididos se
enfrentó a la casa. Un pequeño jardín tranquilo y acogedor invitaba a
visitarlo, dudó unos instantes...y se arriesgó a entrar.
La casa no era moderna, algo en ella parecía decir...adelante, te espero...
Antes de apretar el timbre, llamó su atención el cartelito pintado con letras góticas, pendiente en el marco superior...
La casa no era moderna, algo en ella parecía decir...adelante, te espero...
Antes de apretar el timbre, llamó su atención el cartelito pintado con letras góticas, pendiente en el marco superior...
*estudiar la mente en una profesión, conocerla es un privilegio*
A los pocos instantes se abrió la puerta, una simpática jovenzuela la invitó a entrar y la acompaño hasta una habitación que se asemejaba a una pequeña biblioteca pública, a decir de los cientos de libros acomodados en estanterías que ocultaban las paredes. Al lado de un ventanal inmenso, un hombre ya de edad, sentado en un gastado sillón con respaldar alto, ubicado detrás de un escritorio en el cual un manantial de papeles acomodados en pilas, se perdía entre unos desparramados libros.
A los pocos instantes se abrió la puerta, una simpática jovenzuela la invitó a entrar y la acompaño hasta una habitación que se asemejaba a una pequeña biblioteca pública, a decir de los cientos de libros acomodados en estanterías que ocultaban las paredes. Al lado de un ventanal inmenso, un hombre ya de edad, sentado en un gastado sillón con respaldar alto, ubicado detrás de un escritorio en el cual un manantial de papeles acomodados en pilas, se perdía entre unos desparramados libros.
-Buenas tardes, Ingrid, tome asiento,
aquí en esta cómoda butaca, póngase cómoda.
La butaca ofrecida, estaba a escasos dos metros del psicólogo, frente a él, en línea recta. Viendo que otra alternativa no quedaba, mientras se sentaba, expresó...
-Mucho gusto, Dr. Feliph, aquí estoy como acordamos...18,30, ¿verdad?
La butaca ofrecida, estaba a escasos dos metros del psicólogo, frente a él, en línea recta. Viendo que otra alternativa no quedaba, mientras se sentaba, expresó...
-Mucho gusto, Dr. Feliph, aquí estoy como acordamos...18,30, ¿verdad?
El experto murmuró unas sílabas que parecieron como aceptación; abrió una carpeta azul y como explicando aclaró...
-Con cada persona inauguro una carpeta, la
suya decidí que sea azul, ¿le agrada el color?
-No sólo me agrada el color, sino el aroma y el ambiente. Volviendo al color...me recuerda el mar, que tan lejos tengo, al cielo en una tarde de otoño...es mansedumbre y armonía....
Anotó algo en la carpeta, levantó su
vista en dirección a su paciente...
-Interpreto que la elección del
color fue acertada, empezamos bien...me agradó el aire melodioso y poético de
la respuesta, desearía saber...cuál es el motivo de la visita... ¿una intriga
personal o...quizás un deseo de conversar con un extraño?
-Creo que ambas- Lo dijo esbozando una sonrisa entre
juguetona y seductora, enfatizada por la mirada penetrante y cierta alteración
de la respiración. A mi edad mucha agua ha corrido bajo el puente y hay
situaciones que me desbordan, a veces jocosas por lo descabelladas o
francamente suicidas….en realidad no sé por dónde empezar, pues se agolpan en
mi mente varios acontecimientos y no se cual elegir…estoy desconcertada.
Como era su vieja costumbre, consideraba infalible otorgar la sensación
de tranquilidad en el paciente, para lograr así, un desarrollo normal de la
charla, evitando, por supuesto, alguna pregunta que pudiera alterar su estado,
que de por si, al llegarse hasta allí, demostraba que no era del todo aceptado
por ella misma.
-Entiendo...se encuentra ante un camino sin salida, o mejor dicho ante una bifurcación, que exige tomar una decisión y es necesario, para tal efecto, analizar las dos posibilidades... ¿estoy en lo cierto?, antes de proseguir desearía su ayuda....
-Entiendo...se encuentra ante un camino sin salida, o mejor dicho ante una bifurcación, que exige tomar una decisión y es necesario, para tal efecto, analizar las dos posibilidades... ¿estoy en lo cierto?, antes de proseguir desearía su ayuda....
-Debo confesar, que me ha costado bastante llegar a Ud.- ¡no!, no
se alarme! – veo que sus ojos han quedado petrificados, aclaro: comunicarme ha sido
fácil, conflictivo es como se ha debatido mi interior hasta aceptar que una
“segunda persona intervenga en mis asuntos” ¿porqué?, por varias razones,
siendo la más significativa es que no podría hablar de bifurcación
precisamente lo que acontece dentro de mis pensamientos y sentimientos sino,
que es un estallido. A ver si me explico, me pasa exactamente igual que
cuando entro en Internet en búsqueda de algo: ya sea una palabra, un lugar, un
personaje y a medida que avanzo se van abriendo ventanas que terminan
llevándome a lugares insospechados. Entro por ejemplo, por una flor, me entero
de cultivos, propiedades, rituales, geografía, veo cientos de imágenes…y….luego
un vídeo…en síntesis han pasado varias horas y …me he desviado, transitado ,conocido,
emocionado, disfrutando de la música o no que lo acompañaba…vale decir un
torbellino de conocimientos o de muestras y muchas veces un sabor amargo,
doloroso, por ejemplo lo que me enteré de los picaflores, que por considerarlos
de buena suerte, se los caza, mata y terminan en algún sombrero o ritual….y
esto, si me permite decirle amigo, me está descolocando.. En este punto está
anclado o difuso mi accionar...
Mientras escuchaba tal explicación, que
más bien la interpretó como un discurso, nuestro avezado psicólogo no dejaba de
observar la forma en que la paciente exponía su...tesis, pues en un momento de
su locución, ella se levantó de la butaca, ubicándose tras ella, para así de
pie, dar más énfasis a sus palabras.
-Escucho y capto con claridad su dilema, que no lo veo así, muy por el contrario, en nuestro mundo interior continuamente debemos discernir y ello es positivo. En el ejemplo de Internet, usted misma buscó y encontró variaciones sobre un mismo tema, lo cual le permitió ampliar sus conocimientos y así disfrutarlos. El supuesto ancla, no existe, sólo aparecerá cuando lo desee y no antes. Ahora, dígame, ¿desde cuándo vislumbra un obstáculo en sus pensamientos?
-Escucho y capto con claridad su dilema, que no lo veo así, muy por el contrario, en nuestro mundo interior continuamente debemos discernir y ello es positivo. En el ejemplo de Internet, usted misma buscó y encontró variaciones sobre un mismo tema, lo cual le permitió ampliar sus conocimientos y así disfrutarlos. El supuesto ancla, no existe, sólo aparecerá cuando lo desee y no antes. Ahora, dígame, ¿desde cuándo vislumbra un obstáculo en sus pensamientos?
-Parece que está
relativizando mi exposición, me siento como buscando una aguja en un pajar… ¡montañas
de escombros…donde intento encontrar una gema…! ¡Sí, una gema que parece ser mi
cordura a punto de desaparecer!
Lo dice, llevándose las manos a
la cabeza, rompiendo en un llanto estertóreo. Dicho esto, se desploma en
la sala..
El profesional, si perder la calma,
llama a su secretaría y entre ambos levantan y depositan a Ingrid sobre un
canapé situado en un costado del escritorio.
Pasan unos minutos y después de haber
frotado con un paño frío la frente de la paciente, percibe que ella vuelve
lentamente en sí.
-Todo bien, Ingrid...todo
bajo control, ha sufrido un pequeño desmayo emocional, quédese recostada,
tranquílese y pasará... ¿Se siente mejor, verdad?
Asombrada y con un hilo de voz
pregunta...
-¿Ingrid, quien es
Ingrid?, acomodándose la ropa –afirma-, aquí hay una confusión y muy grave por
lo que veo.
¡Exijo me expliquen, que hago aquí,
porque me nombran así…en fin tengo otras preguntas, pero esperaré a que me
respondan estas!
Nuestro más que asombrado Dr., trata en
lo posible, de no demostrar la nada agradable sorpresa, ante la inesperada
reacción de su paciente. Con una breve mirada, dirigida a su secretaria, da a
entender que se retire. Casi murmurando, explica en breves palabras, el porqué
de su estancia en el escritorio, sin siquiera mencionar lo referente al nombre
de la paciente; lo que sí, reitera es que por unos pocos instantes había
perdido el conocimiento, pero por suerte ya estaba nuevamente consciente y le
aconsejaba, que si así lo deseaba, podría quedarse unos minutos más descansando
y él podría darle más detalladas explicaciones sobre lo sucedido.
Acariciando los cabellos, la comisura
de los labios e inspirando profundo fija la mirada en el terapeuta y serena
responde:
-No hace falta más tiempo
ni explicaciones, he quedado satisfecha con lo visto y oído...ahora si Ud.
me permite, voy a retirarme, debo ir a comprar flores, para llevar a
la tumba de mi amado compañero de vida y de cuatro patitas, quien hace algún
tiempo partió y me dejó sumida en un dolor profundo….es tarde, van a cerrar y
no podré entrar…¿Cuándo y a qué hora debo volver?, remarca con impaciencia.
-Me quedo tranquilo al
verla recuperada, lo acontecido, no es nada fuera de lo común, suele suceder
que nuestras vivencias y emociones se entrecruzan y esa especie de colisión
debe lograr un escape, y la mente opta por lo más sencillo...un
desvanecimiento.
Con respecto a nuestra próxima
entrevista le sugiero concertarla con la secretaría. Hasta entonces...
Después de salir la paciente, tomó la
carpeta azul, y anotó unas líneas sobre lo acontecido en el primer encuentro;
releyó lo escrito, y decidió agregar que algo no concordaba en la reacción de
ella, comedia... falta de sinceridad...y subrayó estas dos posibilidades.
La mujer partió presurosa, tanto, que
se olvidó de sacar el turno. Ya en la calle, solo pensaba ¡gracias al cielo que
he conseguido salir de ese lugar! y mirando hacia la esquina recordó el ramo de
flores para el centro de la estancia, llevaría rosas rojas para dar un toque de
pasión en su comedor.
Llovía con intensidad e iba al
encuentro semanal con el doctor. En el camino se planteó:-¿Qué diré ahora? ¿Qué
haré para que resulte interesante, novedoso, sugerente? Tengo que
parecer creíble, bueno adelante, ya me embarqué en este proyecto y debo
desarrollarlo-¡Menos mal que conseguí turno por teléfono!
Al llegar al consultorio agradeció a la
secretaria quien le respondió mirando hacia el pasillo….
-El doctor la espera.
-Adelante, Ingrid, ya estoy con
usted...-la recibió el terapeuta y agregó: -póngase cómoda, ubíquese donde más
le agrade...- mientras sostenía en sus manos la carpeta azul.
Ingrid optó por elegir el canapé...y
allí se recostó, relajó y envió una mirada intrigante a su anfitrión.
-Aprecio que se encuentra
tranquila y ello me satisface...estaba ojeando mis notas y sigo pensando sobre
el motivo que la ha traído hasta aquí...en la sesión anterior manifestó que se
encuentraba ante una disyuntiva...desearía que me participe de ella...
empecemos comentándome sobre su carácter, su forma de ser... ¿cambia
constantemente en una conversación sin que pueda controlarla, como si hubiera
otra persona dentro de usted?- Al terminar la pregunta, miró fijamente los ojos
de la paciente, esperando ver la reacción preliminar a la respuesta.
Ella desafiante responde sin titubeos
-¡Si y por ello vengo!
Sin exteriorizarlo, resuelve participar
en el juego de su paciente hasta llegar a desenmascararla.
-Es decir que en forma
continua, usted y su otro yo, tratan de llevar la delantera, ¿y eso es lo que
la pone mal pues carece de elementos para sobreponerse?
-¡¡¡¡Así es...!!!! a eso
he venido a encontrar y llevarme las herramientas que posibiliten que este dúo
de locas o locos se pongan de acuerdo para tener un decir y accionar más lógico
y coherente.-
-Comprendo su inquietud,
es más, la considero una prueba irrebatible de la necesidad de describir, en
sus palabras, quién es la persona con la cual estoy hablando, ¿podrá lograrlo?,
soy todo oídos...
-Mi estimado Dr. Hay días
que me levanto y estoy convencida de ser una doncella del Medio Evo acosada por
alguno de los mozalbetes y otros no tanto de la corte...y en seguida tan rápido
como las agujas del minutero corren....aparece la aguerrida contemporánea....y
cambio el estupor por el agravio...-
Lo dice mostrando un verdadero
descontrol facial, temblor en la comisura de los labios, pestañeo agitado,
maxilar inferior flácido y la huida de color en sus mejillas.
Al mirar el rostro de la paciente,
descubre el brusco cambio en sus facciones, y no desea perder ese precioso y
significante instante, rápidamente expresa..
-Continúe, Ingrid,
continué, la estoy escuchando...
Un fino hilo de perlas rueda por las
frías mejillas. Los ojos se han convertido son dos estiletes que viajan masacrando la
intimidad de la consulta, al fin suspira , se relaja y recomponiéndose, emite
una tos pequeña y susurrante, retomando el relato…
-Otras siento que soy tan
pequeña que me parece casi imposible alcanzar la mesa para tomar el sustento,
esto me inquieta en principio, pero luego me invade la alegría al poder hablar
casi de igual a igual con las polillas y las hormigas….de pronto crezco, pero
desfallezco, porque he perdido el misterioso estado conseguido y…..me veo
tomando el desayuno nuevamente…y vuelve esa dualidad permanente de voces que me
alertan, asustan o estimulan en el nuevo estado que consigo….¿me sigue?
En base a la experiencia, acumulada en
su virtual mochila acomodada en sus espaldas, no desea interrumpir el torrente
que emana de boca de su paciente...
-Por supuesto, adelante
soy todo oídos....
-Confieso el asombro que
me produce al hacer el relato y vivenciar que lejos de inmutarlo lo
lleva a seguir escuchando….¿indagando?¿ o siendo uno más de los que van
sumándose a este libreto que germina sin frenos ni tachaduras en mi
inconsciente?-
Su voz en principio cálida y
suave concluye áspera, seca y gris. Sin esperar respuesta y perdiendo la mirada
en la ventana, que estalla de belleza
con el violeta, lila y magenta de
los malvones, continua…
-En muchos momentos me
siento parte de una conspiración planetaria y en otras soy la frágil amapola que
se entrega al murmullo de los trigales maduros…-¿Es capaz de seguirme o me toma
como alguien desquiciado que desea se esfume por alguna de las caladuras de la
cortina?¡¡¡Por favor deme su opinión!!!-
Lejos de sentirse conmovido ante esta
especie de confesión, típica y lógica de una persona dueña de una mente
confusa, nuestro terapeuta trata de apaciguar el estado un poco compulsivo de
la exaltada Ingrid, y como llevándola por otro camino, dice con voz suave pero
segura...
-Reconozco que es usted una
persona que sabe lo que quiere...no obstante se deja llevar por ideas y
pensamientos, influenciados por esas voces que atormentan sin darle tregua...me
gustaría analizar un poco más y con suma dedicación todo su planteo. Por lo
tanto, demos por terminada la sesión del día, y en nuestro próximo encuentro
desarrollaremos un poco más sus inquietudes e incógnitas.
Roja de ira se pone de pie, levanta la
cartera y saluda, al hacerlo y dando espaldas al médico, dibuja una mueca
siniestra.
Nuestro, un poco asombrado Doctor,
esperó unos minutos, después de la salida de escena, o sea del consultorio, de
Ingrid, como una experta actriz profesional, con años de tablas en su haber;
luego salió para consultar con su secretaria si la paciente había reservado
turno para la próxima sesión. Como lo imaginaba, fue informado que la susodicha
había salido sin siquiera saludar, y demostrando un semblante de completo
enojo. Al escuchar tal informe, indicó a su ayudante que si la paciente hablaba
por TEF. para solicitar turno, debería concertarlo para dentro de dos semanas,
pues el Doctor saldrá de vacaciones.
Volvió a su escritorio, buscó la
carpeta de la paciente, pues necesitaba agregar los detalles de la
"activa" sesión de la fecha; al buscarla en la estantería
correspondiente, se percató de un pequeño cablecito en un costado del mueble,
corrió unas carpetas, y se topó con una diminuta cámara fotográfica...¡¡¡¡No
podía salir del asombro!!!!!, continuó el recorrido del cable....éste seguía
por detrás de las numerosas carpetas...llegaba hasta la sala de espera y
terminaba en el escritorio de su secretaria.
Ésta, aterrada al darse cuenta que el
cable ha sido descubierto, corre y se encierra en el baño, desde donde hace un
llamado con el celular y al ser atendida sólo dice: -Avisa y ven con rapidez,
todo se ha precipitado..
Vuelve a la sala y se sienta muda y
cabizbaja, y frente a ella el más que furioso terapeuta que, con un tono de voz
muy elevado, desconocido en él, exclama...
-Estoy aguardando
explicaciones....y no tengo mucho tiempo, pues entonces adelante, ¡SEÑORITA!
La mujer, ante la pregunta
necesita imperiosamente que la trague la tierra, no obstante,
haciendo un enorme esfuerzo, se pone de pie diciendo:
-Sabía que tarde o temprano llegaría este momento...la
respuesta tiene varias aristas. Por un lado el respeto que Ud. me merece y por
otro, el dinero que significaba para mí el hacer llegar las filmaciones de sus
entrevistas a la Sra. Ingrid quien me había asegurado necesitarlo como
documento para aprobar el doctorado en dramatización e improvisación teatral.
Por otra parte, dicho material también era rescatado para ser presentado en un
Congreso Médico de Psiquiatría Mundial y así dar a conocer las metodologías de
avanzadas que Ud. utiliza y poner en alerta de uno de los tantos ardides utilizados por falsos
pacientes. En el momento de decidir pesó mi enfermedad de ludopatía el
doctorado de Ingrid y pensar que el aporte rescatado podia beneficiar a
otros profesionales. Pero ahora, visto así fríamente y ante su presencia, me
parece una monstruosidad.
Lo revelado era casi imposible de
captar, una atrevida y auténtica confabulación perpetrada en su
contra...inconcebible...y en su propio consultorio, digno de una novela de
intriga y suspenso...Antes de emitir comentario alguno sobre la
"noticia" escuchada, ordenó a la secretaria...
-Le exijo desconectar
¡¡YA!!, la filmación o fotos y los micrófonos, ¿entendido?...¡¡Ahora!!
Asustada y avergonzada en unos pocos minutos
desconecta el sistema instalado, recoge las cámaras ocultas, grabador y demás y
los deposita sobre su escritorio. .Muda, se queda de pie y con la mirada al
suelo.
-Antes de dar parte a la
policía, necesito saber si parte de lo grabado ya fue entregado a su compinche
de la calumnia, o quien sabe alguien más involucrado en esta agravante
fechoría, o mejor dicho, ¡Delito!... estoy aguardando su respuesta...
Ingrid irrumpe con violencia en el
recinto. Ambas mujeres intercambian miradas cómplices y al fin se relajan,
cuando le permiten ingresar a dos ex alumnos “medalla de oro” del doctor,
quienes sonriendo se acercan a abrazarlo y darle explicaciones…Con gran esfuerzo
y tiempo logran que los escuche...
-Estimado profesor, en
realidad somos nosotros los responsables, sabiendo de las bodas de oro en su
profesión, queríamos tener un recuerdo de sus magistrales sesiones y
compartirla con otros profesionales, previa autorización suya, pero, bueno
hemos sido descubiertos antes de terminar y por ello este caos. Combinamos
acciones con la secretaria y ésta hizo el resto contratando a una actriz
profesional. Conociéndolo por su profundo sentido del deber y del humor,
queríamos sorprenderlo sin dañarlo….quizás esto se nos ha ido de las manos a
juzgar por su expresión…
Todo ocurre de sopetón, el
asombradísimo profesor sin perder sus cabales, envía una mirada a todo el
grupo, respira hondo...y anuncia...
-Estimados y queridos
alumnos, con ustedes hablaré luego, al igual que con la señorita secretaria...
como primera medida me referiré a usted, Ingrid, pero para ello deben aguardar
unos segundos, ya vuelvo..- sale de allí, se dirige a su consultorio...a los
pocos instantes regresa trayendo una carpeta.
-Pues bien -dice.-,
inclinándose sobre el escritorio de la secretaria, abre la primera hoja de la
carpeta, escribe algo...luego se acerca a Ingrid, la mira frente a frente...-Mis
sinceras felicitaciones por la representación de su papel, vislumbra, sin lugar
a dudas, su capacidad como actriz, es por ello que le obsequio, como recuerdo,
su carpeta azul, en la cual agregué una pequeña dedicatoria. Téngame al tanto
de su próxima actuación, pues con sumo gusto asistiré a la premie.
Se acerca a la secretaria, le sonríe,
le da unas palmaditas en el hombro y agrega...
-Quédese tranquila
continuará en su puesto, se entender que quiso formar parte de este pequeño regalo
organizado para agraciarme y no puedo menos que aprobar su tan cordial
gentileza.
Sin querer alargar más la inesperada
reunión, se pone entre medio de los muchachotes, los abraza y con una mirada de
alegría, sólo les dice...-¡Muchas gracias, futuros colegas!
********************
Safecreative, bajo el
N° 1505023998635